Espacethique : Emmanuel Levinas

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¿Por qué el café es un no lugar? (Espagnol|Textos)

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16 de marzo de 1969 - JUDAÍSMO Y REVOLUCIÓN

La taberna, o el café, se ha vuelto parte integrante de la vida moderna, que quizás es " vida abierta ", ¡sobre todo en este aspecto! Una ciudad desconocida a la que llegamos y que no tiene cafés nos parece cerrada.

El café es la casa abierta, al nivel de la calle, lugar de la sociedad fácil, sin responsabilidad recíproca.

Se entra sin necesidad.

Se sienta uno sin fatiga, se bebe sin sed.

El caso es no quedarse en casa.

Ustedes saben que todas las desdichas provienen de la incapacidad en que nos encontramos de permanecer solos en nuestra habitación.

El café no es un lugar, es un no-lugar para una no-sociedad, para una sociedad sin solidaridad, sin mañana, sin compromiso, sin intereses comunes, sociedad del juego.

El café, casa de juego, es el agujero por donde penetra el juego en la vida y la disuelve. Sociedad sin ayer y sin mañana, sin responsabilidad, sin seriedad -distracción, disolución. En el cine se propone un tema común en las pantallas, en el teatro sobre la escena; en el café no hay tema.

Uno está allí, cada uno en su mesa, delante de su taza o de su vaso, uno se relaja absolutamente hasta el punto de no estar obligado por nada ni por nadie; y es porque se puede ir al café a distendirse que se soportan los horrores y las injusticias de un mundo sin alma.

El mundo como juego donde cada uno puede obtener su propina y no existir más que para sí mismo, lugar del olvido -del olvido del otro-, he ahí el café. Y así retomamos nuestra primera lectura: no edificar el mundo es destruirlo .

E. LÉVINAS, De lo Sagrado a lo Santo. Cinco nuevas lecturas talmúdicas, Barcelona 1997, 43-44 (16 de marzo de 1969 - JUDAÍSMO Y REVOLUCIÓN).


¿Por qué la taberna o el café parisino tienen tan mala fama en este pasaje de Emmanuel Lévinas? ¿Será que no se puede considerar al café como un areópago moderno? ¿Puede la ética de la responsabilidad vivir en lugares sociales donde el ser humano tiene dificultades a recuperar su memoria y abrirse a un futuro mejor?

La ética supone una educación de las conciencias que incentive una continua superación del diagnóstico sobre el vivir en conjunto. Cuando la ética sirve nada más que para establecer medidas de profilaxia social (prevención) o justificar políticas intervencionistas (represión) y emergencia, se corre el peligro de una desviación dogmática y de una perversión del sentido común. La finalidad de la ética se realiza en lo cotidiano, cuando sujetos se dejan conocer a través de sus dichos y sus actos. Dicho de otra manera, lo teórico tiene su verificación, su evaluación y su celebración en la práctica. Un acto no es ético si un concepto lo enuncia como tal, sino una persona lo ha llevado acabo a través de su vida. Y la ética en este caso no se queda letra muerta, sino lleva la fuerza de una vida que se expresa desde la fragilidad de su propio misterio.